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Mostrando entradas de 2011

LA FORMA MÁS CRUDA DE LA SOLEDAD...

Lo cuenta Marabú, el joven de Senegal que vende relojes y cadenitas cargando con su valija por los bares. Dice que entro y que un hombre de barba candado lo invito a sentarse hablando en francés. Marabú habla francés y wólof. Apenas comprende lo elemental del español. Le preguntó si había comido. Marabú, no tuvo vergüenza: le dijo que desde la mañana no había probado un bocado. El hombre de la barba candado llamó al mozo y pidió un sanguche y una gaseosa para Marabú. Y un café cortado para él. Antonio, el mozo, avisó que ese día el bar cerraba temprano por ser fin de año. El hombre, inmutable esperaba que Marabú comiera tranquilo. Mientras, monologa sobre la posibilidad de hablar y ser escuchado: Todos los años vengo a sentarme en esta mesa a la misma hora. No tengo respuestas. Sólo una profunda angustia. Entendeme Marabú: -Puedo hablar, pero no puedo expresarme con las palabras. (....) y las palabras que tengo no pueden darle forma a lo que siento, a lo que me pasa. A veces pienso

DE LOS CURIOSOS ESCRITOS DE COIRO & URBANO...

-Foto: Coiro concursando como niño indio para la serie Bonanza. DE LOS CURIOSOS ESCRITOS DE COIRO & URBANO... Había una vez un hombre que perdió el coraje para escribir como le saliera. Con faltas de ortografía o, lo que le parecía peor aun: sin coherencia. Así lo había soñado tres años atrás. "Me quede sin palabras" Y desde aquel momento temió el efecto, la pesada materialidad que la humanidad le otorga a los sueños y sus mensajes encriptados. En algún lugar leyó la frase de Alejandra Pizarnik. "escribo para que no suceda lo que temo" La hizo suya. Se forzó, una y otra vez a seguir con garabatos en cuadernos y anotadores, se repitió en sus temas, siguió luchando para que no lo ahogara el silencio. El invisible* Cuando Silvia, la mamá de Matías, dijo en la puerta de la escuela: -Mi hijo puede ver seres invisibles. Escuche asombrado. Quede en silencio. Pasaron días. Seguimos esperando cada cual a sus hijos. Volví a preguntar. Ella me invito a que lo compro

SEGUNDA CARTA A URBANO.

Querido don Urbano, le cuento que me cuesta mucho hacer el prólogo de sus idas y vueltas por las vías del ferrocarril. Usted sabrá a que me refiero, yo veo en UD la melancolía de las estaciones que son las que ha caminado desde su experiencia , con los ecos de las locomotoras a vapor, con ese vaivén del recorrido por los rieles atravesando las taciturnas pisadas de los que viajan en sus vagones de madera. En cada estación que toca la tradición existen personajes de una envergadura conquistada por los reconciliados motivos de su andar. Ellos le dan el matiz necesario para seguir recorriendo con sus vivencias el color propio de cada lugar. Así, por ejemplo en la estación La Plata aprecio, el aroma de los tilos, que en la primavera florecen con el caudal de sus hojas. Tan cercano se encuentra el Hipódromo de La plata, que en cada 19 de noviembre vibra el Dardo Rocha, con su corrida de caballos altaneros y salvajes buscan llegar a la final y ganar el primer premio. Los asistentes se

CARTA A URBANO

El Sr. Urbano Powell es una persona con una sensibilidad atrapante. Sus ojos claros tienen la virtud de sobrevolar por rincones del arte de la escritura. Lee con tenacidad y una innegable cuota de virtuosismo los escritos de sus colegas de las letras. Ellas, con la amplitud del lenguaje, flotan en la estación de las ilusiones esperando tomar un asiento cómodo para poder distenderse mirando los paisajes de la experiencia, de la poesía, de lo cotidiano. Hacen una larga fila, a veces empujadas por las que están más atrás, para poder tomar el boleto de viaje para alcanzar y transitar por las vías de su Inventren. Algunas notas son serenas, y esperan su turno con paciencia. Otras, más insistentes quieren llegar primeras, no respetando el lugar que les corresponde. Las arrogantes y engreídas, balbucean frases de enojo y desprecio, creyéndose muy especiales. El Sr. Urbano, intenta, releyendo ir seleccionando cada una de las inscripciones y compilarlas en armonía. No es una tarea fácil escog

LA REINVENCIÓN

*Por Urbano Powell. urbanopowell@yahoo.com.ar El hombre camina por su barrio con su mochila de frustraciones antiguas. Al dar vuelta la esquina reconoce a un compañero de la -ahora lejana- escuela secundaria. No lo ha visto en décadas. Alejandro esta tirado en el piso debajo de un antiguo camión que parece haber sido fabricado durante la segunda guerra mundial. "Lo compre por unos pocos pesos". -Explica. "Lo estoy reparando para que sea casa rodante. Voy a recorrer la argentina con el". El hombre mira a su amigo con una expresión intraducible. El camión es una ruina con su chasis sostenido por troncos de madera. El amigo debe haber percibido una mirada escepticismo, o esa piedad que se tiene ante un delirio impracticable. -"Si no tenés sueños, estas muerto". Dijo con un sentido justificatorio. Al hombre la frase le pareció un flechazo en el pecho de su propia existencia. Cambiaron de tema. Que sabían de los compañeros de entonces. ¿Sabes algo de Huber? -