*Foto de Alfred Cheney Johnston. Hace años mientras imaginábamos en los hilos de humo formas fantásticas le pregunté a Kalman si creía en hadas. Hadas que apenas se dejan ver antes de hacerse plenamente invisibles en el aire. Antes de ser sólo parte del viento. Kalman tenía padres y abuelos nacidos en la Europa central. Ha escuchado de ellos algunas leyendas populares que se transmiten en forma oral. Sus abuelos vivieron en Sniatyn que al tiempo del nacimiento de sus padres quedaba en Polonia. En aquella geografía se mezclaban en extraordinario sincretismo creencias, leyendas, idiomas. Sus abuelos paternos hablaban Idish pero las hadas que los mayores del pueblo relataban a los niños para encantarlos o asustarlos eran polacas. -Si no recuerdo mal - dice Kalman- había un Hada que podía transformarse en lo que quisiera, ¡incluso ser humo! La Czarodziejka podía estar en cualquier parte sin ser reconocida incluso salir de un repol...