Ir al contenido principal

DESVELADO

Ahí esta el hombre. Tratando de volver al sueño. Ese sueño de película de acción donde se veía como un héroe en medio de una misión en medio de una balacera que no lo afectaba. Quizás esas balas lo atravesaban sin dejar huella como a un fantasma. Hasta que vio prenderse la luz de la habitación de su madre, una y otra vez. Y escucho la queja o la expresión de un malestar difuso de la anciana.
A partir de allí no pudo volver a dormir. Plena madrugada, a lo lejos se escuchaba el sonido de locomotoras haciendo maniobras traído por el viento Sud.
Desde la cama. Acosado por temores y preguntas sin respuesta una vez más, el hombre repasa como llego a ser el único hijo vivo. Como se llego a este presente dedicado al cuidado a su madre octogenaria.


Aparece una vez más la imagen de la placita enfrente de la estación Henderson del Midland. El, un niño aprendiendo a andar en bicicleta y Reynaldo su hermano mayor corriendo a la par de su bicicleta para prevenir que no perdiera el equilibrio.
Cada tanto veían llegar al tren.
Fue en 1977 el último tren. En septiembre porque fue días antes de su cumpleaños.
El que se ve corriendo al costado del último tren que se va a Buenos Aires.
La gente que agita las manos por la ventanilla, sopla besos.
Se cerraba el tren. Se llevaron hasta los rieles. Había sido testigo en una tarde a la salida de la escuela del paso de esa máquina levanta vías que a su paso solo dejaba marcas de ausencia en el terraplén.
Tarde o temprano hay mucho pasado en la vida de cualquier persona.
De la universidad le quedo aquella enseñanza que decía "la vida de las personas transcurre entre lo imprevisible y lo irreversible".
Y la ciudad de Henderson que se llama así en honor a Frank Henderson, el ciudadano inglés que desde su cargo en el ferrocarril completo las obras para que el Midland llegara a Carhué.

Frank Henderson que además jugaba al golf, al ajedrez y hasta tuvo tiempo en la vida para la fundación del club de golf en Mar Del Plata -El que pudieron conocer en aquellas vacaciones de familia en el 79-.

Después ocurrió lo irreversible, aunque aun hoy le cueste aceptarlo. Reynaldo fue sorteado para hacer el servicio militar en la Armada. Reynaldo destinado arriba del Phoenix CL 46.

El hombre se niega por un momento a llamarlo por su nombre a ese barco de guerra. ¿Porque no lo hundieron los japoneses en Pearl Harbor? Todo hubiera sido distinto, se ilusiona en vano, jamás hubiera llegado a ser el Crucero General Belgrano.

En algún limbo Frank Henderson golpea su palo de golf una y otra vez. Las pelotas se pierden al infinito cielo. Como en el azar, son un misil sin blanco.
Reynaldo sigue allí. En el barco, presintiendo lo que vendrá y sin poder cambiar el curso de las cosas.

El hombre preferiría que nada de eso hubiera ocurrido. Que la estación siga siendo estación de trenes. Que su padre no hubiera muerto de tristeza hace 10 años.

Que a nadie se le hubiera ocurrido poner en la estación -ya sin vías- una terminal de ómnibus. Tampoco que a esa terminal la bautizaran con nombre de su hermano, un héroe del pueblo hundido en el crucero.

Y que ahora, el hombre sea el único ser a quien su madre tiene para llamar en la noche cuando se siente mal.



*De Urbano Powell. urbanopowell@yahoo.com.ar

Comentarios

Entradas populares de este blog

A LA TERNURA DE SER PARTE DE LAS COSAS

  *Foto de Noelia Ceballos @noe_ce_arte               *   Dame esta pequeña luz, esta certeza azul que cae sobre los patios. Dame tus costumbres de lluvia, la ternura que crece entre tu mano y la mía con el coraje de las enredaderas. Dame todo el dolor. Dame toda la pena que pueda soportar. Que arda mi corazón, que se transforme en un fruto sagrado que desees siempre. Dame el borde. La fisura. La cornisa. Del amor y otra obediencia ya he tenido.   *De Mariana Finochietto . mares.finochietto@gmail.com               A LA TERNURA DE SER PARTE DE LAS COSAS -Poesía de Mariana Finochietto .                 *   Alguna vez, antes de que los siglos derribaran los muros, hubo flores entre la hierba. Mi pelo perfumaba el aire. Y vos venías, como un dios errante sobre el mundo a dejar la luz sobre mi cuello. Alguna vez, antes de que el viento arrojara tu nombre como una piedra inútil sob

LOS RETAZOS QUE HACEMOS DE NOSOTROS MISMOS

*Obra de María Fernanda . @miatelier_mf - Cuadro de 70 x 60 en técnica mixta de pintura acrílica y asfáltica -               23 *     Hace frío, creo que hace frío son altos mis umbrales del dolor y sin embargo, el desamor los ha tocado   copio lo que aprendí de Gunda, tan alegre, tan buena perra: frente al dolor permanece inmóvil   Yo la observé: Gunda cuando está herida parece muerta. Gunda no ladra, no come, no toma agua siquiera. Busca asilo en la sombra, con la pata abre la puerta del silencio. Duerme mucho. Cada tanto me mira desde un lugar que ambas conocemos, y echada sobre su manta tibia, confía en su tiempo, espera.   *De Valeria Pariso . valeriapariso@outlook.com (De "Final francés".)       - Valeria (Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970) -Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel del mar" Ediciones AqL (2012), "Paula levanta la persiana" , Ediciones AqL (2

COSAS QUE SOLO EXISTEN CUANDO CAEN

  *Foto de Noelia Ceballos @noe_ce_arte                     *   Miro con insistencia los castaños nevados. Hace mucho tiempo que los miro. Ahora cae la nieve sobre las ramas y el patio. Cae desordenada y majestuosa, como caen los hechos que no esperamos. Todo es movimiento, me digo, es preciso atender a la naturaleza. Los castaños reciben la nieve pero no hubieran podido anticiparla. Eso es, debe ocurrir lo mismo con ciertas decepciones. Nadie puede ver la nieve antes de que empiece a caer, ni siquiera los castaños, ni siquiera los pájaros más altos, ni siquiera los mineros que saben todo sobre los estallidos y los temblores podrían haber visto la nieve antes de que empezara a nevar. ¿Sabrán las monjas cómo se ven de tristes con su ropa negra caminando sobre la nieve? ¿Acaso ve el ciervo la cuna del cazador? Así aparecen gestos, actos, omisiones asombrosas desmoronándose sobre nosotros. ¿Lo hubiéramos podido prever? Nieva. Nieva porque hay cosas que solo existen cuando caen.   *De Val