Jose y Claudio, amigos desde la escuela primaria. Se ven cada tanto. Una o dos veces al año. Se cuentan sus problemas, intercambian algun consejo y siguen cada cual con la vida en la mochila al salir del cafe. En el último encuentro Jose llega rengueando. -Una Hernia de disco. Tras meses de buscar explicación a dolores que migran por ahi, pero cerquita de la cintura.
Claudio le dice: No puedo más, me voy a separar de Graciela. No es compañera, no me ayuda con mis viejitos, ni una palabra de sentimiento. Y hace meses que vivimos en discusiones.
Jose intenta hacerlo desistir: no sabes lo que es la calle, es peor que un desierto.
Jose, que nació en galicia y llegó a la argentina a los 6 años, vive con su madre anciana. Ahora esta casi encerrado en el dolor, ni los remedios ni la kinesiologia parecen ser efectivos. -Y si me pasa algo no tengo a nadie que se ocupe de ir a escuchar el parte medico.
Claudio retruca: -No estoy seguro de que Graciela me acompañe si me enfermo.
Lo mio, ya hace rato que es una ficción matrimonial. Más de un mes sin sexo.
Pero gritos y discusiones con arrojamientos de cosas tenemos todos los días.
Jose no se queda atrás con la desdicha confesada: -¿sabes cuanto hace que no duermo con una mujer? -Mucho, quizas un record mundial. Ni lo vas a adivinar.
Más de 4 años. Desde el final de la relación con Cecilia en febrero del 2008.
Asi siguen. Van 5 horas desde que entraron al bar. 3 cortados. Un te con miel. Un te de tilo. Ni Jose logra que Claudio intente mover algo para salvar su matrimonio. Ni Claudio consigue que Jose crea que su vida puede salir del abismo de la desdicha y soledad. Hasta que harto de seguir la cuestión a distancia Javier -mozo y estudiante avanzado de psicología- decide intervenir. -Amigos, nunca opino de los problemas de los clientes, pero esta vez creo que ustedes van a aprovechar el consejo- Necesitan tomar distancia. Prueben ubicarse en otro lugar, verse como de afuera.
Claudio y Jose agradecen. Ponen cara de "lo vamos a pensar". Javier se va a atender otra mesa.
Despues de horas de estar empantanados y no ver una luz.
Claudio tiene una ocurrencia: ¡Un enroque!. ¿Qué..?
Si, un enroque, venite una semana a casa a vivir con Graciela, yo ire una semana a vivir con tu madre y prometo que le dare la bolsa de agua caliente a la hora de irse a dormir.
¿Y yo que tengo que hacer? arriesga Jose.
-Llevate una muda de ropa y los remedios para la hernia, a la noche dormi en la cama matrimonial con mi mujer. Es fria como el marmol. Si en una semana conseguis tener un ratito de sexo serás ademas de mi amigo un idolo.
Despues de una semana de distancia veremos si las cosas mejoran. Los dos amigos se van.
Antes de partir acordaron algo más: Que cada cual llevaría un diario con lo significativo de la experiencia vivida en la casa del otro.
Aunque Javier no ha seguido el rumbo de su consejo puede ver al fin gestos de convicción y alegria en el rostro de los amigos.
Claudio le dice: No puedo más, me voy a separar de Graciela. No es compañera, no me ayuda con mis viejitos, ni una palabra de sentimiento. Y hace meses que vivimos en discusiones.
Jose intenta hacerlo desistir: no sabes lo que es la calle, es peor que un desierto.
Jose, que nació en galicia y llegó a la argentina a los 6 años, vive con su madre anciana. Ahora esta casi encerrado en el dolor, ni los remedios ni la kinesiologia parecen ser efectivos. -Y si me pasa algo no tengo a nadie que se ocupe de ir a escuchar el parte medico.
Claudio retruca: -No estoy seguro de que Graciela me acompañe si me enfermo.
Lo mio, ya hace rato que es una ficción matrimonial. Más de un mes sin sexo.
Pero gritos y discusiones con arrojamientos de cosas tenemos todos los días.
Jose no se queda atrás con la desdicha confesada: -¿sabes cuanto hace que no duermo con una mujer? -Mucho, quizas un record mundial. Ni lo vas a adivinar.
Más de 4 años. Desde el final de la relación con Cecilia en febrero del 2008.
Asi siguen. Van 5 horas desde que entraron al bar. 3 cortados. Un te con miel. Un te de tilo. Ni Jose logra que Claudio intente mover algo para salvar su matrimonio. Ni Claudio consigue que Jose crea que su vida puede salir del abismo de la desdicha y soledad. Hasta que harto de seguir la cuestión a distancia Javier -mozo y estudiante avanzado de psicología- decide intervenir. -Amigos, nunca opino de los problemas de los clientes, pero esta vez creo que ustedes van a aprovechar el consejo- Necesitan tomar distancia. Prueben ubicarse en otro lugar, verse como de afuera.
Claudio y Jose agradecen. Ponen cara de "lo vamos a pensar". Javier se va a atender otra mesa.
Despues de horas de estar empantanados y no ver una luz.
Claudio tiene una ocurrencia: ¡Un enroque!. ¿Qué..?
Si, un enroque, venite una semana a casa a vivir con Graciela, yo ire una semana a vivir con tu madre y prometo que le dare la bolsa de agua caliente a la hora de irse a dormir.
¿Y yo que tengo que hacer? arriesga Jose.
-Llevate una muda de ropa y los remedios para la hernia, a la noche dormi en la cama matrimonial con mi mujer. Es fria como el marmol. Si en una semana conseguis tener un ratito de sexo serás ademas de mi amigo un idolo.
Despues de una semana de distancia veremos si las cosas mejoran. Los dos amigos se van.
Antes de partir acordaron algo más: Que cada cual llevaría un diario con lo significativo de la experiencia vivida en la casa del otro.
Aunque Javier no ha seguido el rumbo de su consejo puede ver al fin gestos de convicción y alegria en el rostro de los amigos.
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