"Después
de haber pasado varias veces por el planeta Sjöfn los seres tienen una vida sin
pasión. Los supera saber que su nuevo cuerpo tiene fecha de vencimiento; ya no
sienten estar en una vida verdadera con peligros y desafíos, incertidumbres,
frustraciones.... se limitan a administrar su tiempo en redes psicofísicas en
las que confirman su pertenencia con gestos tan automáticos, tan naturalizados
en su inconsciencia (...)"
Por eso el
hombre ruega que lo transfieran a un planeta de "sangre caliente"
donde la vida merezca ser vivida. Donde pueda sentir de nuevo -como aquella
remota vez- que cada instante es un principio y un final.
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