
Lo que ustedes llaman futuro ya no lo es. Al menos ya no lo es para nosotros. Existe el presente y esa búsqueda nostálgica de lo que se vivió en el pasado.
En la estación Coraceros he conocido a Mister Bill Handley, a quien le encantan el pasado y los trenes.
Del pasado remoto de su familia solo le llego una gorra, crónicas de periódicos, y unas pocas fotos familiares. Insisto, había futuro, para esas gentes después de la salud lo más valioso era el tiempo.
Y había que sacar fotos. Porque se envejecía. En un abrir y cerrar de ojos de nuestro "tiempo" se pasaba de ser un niño a un anciano. Las personas se desesperaban por dejar recuerdos y testimonios. La gran mayoría de los cuales eran arrojados a un contenedor al poco tiempo de su muerte física.
Del jefe de tracción Handley solo quedo una gorra, una foto del viaje inaugural y una crónica del periódico "La verdad" donde ni siquiera mencionaban su nombre.
Otro antepasado de Bill compro estas tierras. El edificio de la estación de trenes había sido expropiado para ser la sede de la escuela agraria que funcionó allí. Años después volvió el tren. El "New Midland Express", era un modo de viajar antiguo pero pensado por visionarios que lograron que sus trenes funcionen con el uso de energía limpia.
Alguna vez cuando encontró ese pelo perfectamente enganchado en el interior de la gorra pensó en clonar a aquel Handley de 1909. Luego desistió. ¿Para qué? ¿Para que sea un testigo del fin de lo real?
Enseguida volvió a la idea de ofrecer la experiencia de viajar en ese tren inaugural y ser alguno de los invitados. Hacer ese recorrido desde Puente Alsina hasta la Rica y de ahí volver a ser transportado a la la estación Coraceros.
La ruptura de la relación espacio temporal ya no es un misterio pero hay que tener el registro justo para poder viajar y regresar...
Fue un suceso. Miles de almas en pena buscaban algún rastro de su pasado, de cuando la vida era vida y había vida cotidiana, compañia, cariño, en fin, una vida que merecía ser vivida. Y eso es lo tenían esos hombres y mujeres del pasado que luchaban y vivian contra la adversidad hasta que la enfermedad o la vejez los desintegraba como sujetos.
Bill Handley me ofreció primero viajar a la Estación Saturno, para conocer uno de los últimos pozos de tiempo que la humanidad tuvo hasta el fin de la historia. Pero no, preferí conocer al más antiguo de los Handley y hacer el viaje inaugural en la formación traccionada por la locomotora número 24 bautizada "Hortensia González".
Leí fragmentos de la crónica, antes de que James, el ingeniero jefe me transporte, "El 29 de julio de 1908 las empresas del F. C. Sud y del Oeste se hacen cargo de dar el dinero necesario para terminar la construcción de la línea Midland hasta Carhué. El día 15 de junio de 1909 pudo inaugurarse la primera sección de 139 kilómetros, uniendo Puente Alsina y Estación La Rica."
Muchos de los que viajan con la máquina de Bill Handley quieren ser uno de los personajes notables invitados: "Ministro de Obras Publicas de la Provincia Dr Echeverry, el ministro de hacienda Dr. Gandara, senador Joaquín V. González, diputados Pedro S. Barraza y Wenceslao Frías". O alguno de los ingenieros como "Miguel Olmos, Enrique de Madrid, J. J. Elordi, J. V. Inturriaga, Orlando Williams, Frank Foster, J. V. Cilley, H. C. Allen, J. Percy Clark, A. Lertora, F. J. Wythes, Wilson Jacobs, W. Shilton, Riach, Enrique Lavalle, Cristophen Hope, Alfredo Lavalle y Arturo Frostich."
Pero en mi caso, he pedido ser el Guarda de ese primer tren, el señor Felipe Salvi.
El viaje fue hermoso, aun me parece sentir el aire frío en el rostro.
He disfrutado del discurso del ingeniero Orlando Williams.
Luego de cumplida su misión en La Rica, la comisión de notables regresó a Buenos Ares por otra vía -la del ferrocarril oeste-.
Ya esta. Envie la señal de retorno al ingeniero jefe James Doohan y este me transporta al anden de Coraceros en el tiempo que ustedes demoran en parpadear. Ha sido una experiencia alucinante, pago de muy buena gana mi viaje al señor Handley y prometo regresar a hacer otro de sus viajes por el antiguo ferrocarril Midland.
Vuelvo -una vez más- a esa nube de recuerdos prestados donde transcurro sin días ni noches, este presente continuo.
*De Urbano Powell. urbanopowell@yahoo.com.ar
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