Querido don Urbano, le cuento que me cuesta mucho hacer el prólogo de sus idas y vueltas por las vías del ferrocarril. Usted sabrá a que me refiero, yo veo en UD la melancolía de las estaciones que son las que ha caminado desde su experiencia , con los ecos de las locomotoras a vapor, con ese vaivén del recorrido por los rieles atravesando las taciturnas pisadas de los que viajan en sus vagones de madera. En cada estación que toca la tradición existen personajes de una envergadura conquistada por los reconciliados motivos de su andar. Ellos le dan el matiz necesario para seguir recorriendo con sus vivencias el color propio de cada lugar. Así, por ejemplo en la estación La Plata aprecio, el aroma de los tilos, que en la primavera florecen con el caudal de sus hojas. Tan cercano se encuentra el Hipódromo de La plata, que en cada 19 de noviembre vibra el Dardo Rocha, con su corrida de caballos altaneros y salvajes buscan llegar a la final y ganar el primer premio. Los asistentes se ...