El Sr. Urbano Powell es una persona con una sensibilidad atrapante. Sus ojos claros tienen la virtud de sobrevolar por rincones del arte de la escritura. Lee con tenacidad y una innegable cuota de virtuosismo los escritos de sus colegas de las letras. Ellas, con la amplitud del lenguaje, flotan en la estación de las ilusiones esperando tomar un asiento cómodo para poder distenderse mirando los paisajes de la experiencia, de la poesía, de lo cotidiano. Hacen una larga fila, a veces empujadas por las que están más atrás, para poder tomar el boleto de viaje para alcanzar y transitar por las vías de su Inventren.
Algunas notas son serenas, y esperan su turno con paciencia. Otras, más insistentes quieren llegar primeras, no respetando el lugar que les corresponde. Las arrogantes y engreídas, balbucean frases de enojo y desprecio, creyéndose muy especiales.
El Sr. Urbano, intenta, releyendo ir seleccionando cada una de las inscripciones y compilarlas en armonía. No es una tarea fácil escoger el orden de las esquelas, pues ellas se comportan en forma competitiva y le susurran al oído sus deseos de ser finalistas.
Por momentos Don Urbano se cansa de tanto alboroto y no tiene ganas de seguir editando. No encuentra el resultado preciado.
Quizás porque se siente inseguro, presionado y su trabajo que no es remunerativo.
Además algunas mensajes son pesados pegajosos, y densos. Otros, por el contrario son livianos y volátiles, son los que más dan rienda suelta a la imaginación.
En ese universo salteado de vocales y consonantes, Don Urbano persiste en su tarea de mostrar las escrituras de sus amistades.
Muchas gracias,
*Azul. azulaki@hotmail.com
Algunas notas son serenas, y esperan su turno con paciencia. Otras, más insistentes quieren llegar primeras, no respetando el lugar que les corresponde. Las arrogantes y engreídas, balbucean frases de enojo y desprecio, creyéndose muy especiales.
El Sr. Urbano, intenta, releyendo ir seleccionando cada una de las inscripciones y compilarlas en armonía. No es una tarea fácil escoger el orden de las esquelas, pues ellas se comportan en forma competitiva y le susurran al oído sus deseos de ser finalistas.
Por momentos Don Urbano se cansa de tanto alboroto y no tiene ganas de seguir editando. No encuentra el resultado preciado.
Quizás porque se siente inseguro, presionado y su trabajo que no es remunerativo.
Además algunas mensajes son pesados pegajosos, y densos. Otros, por el contrario son livianos y volátiles, son los que más dan rienda suelta a la imaginación.
En ese universo salteado de vocales y consonantes, Don Urbano persiste en su tarea de mostrar las escrituras de sus amistades.
Muchas gracias,
*Azul. azulaki@hotmail.com
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