Contaba mi
abuela que en su pueblo natal a orillas del río D'Orba el hombre lobo era
fácilmente ubicable. Llevaba atada de una de sus patas traseras a la luna
llena. Por eso su andar era torpe y siempre estaba delatado por la luminosidad.
Como quien camina seguido por la luz de un farol sobre su cabeza. Los hombres
del pueblo no querían cazarlo porque era demasiado sencillo. Además seguramente
era un buen vecino que saltaba de su cama para cumplir un designio tan repetido
como la neurosis, claro que mi abuela no decía neurosis. Decía que llovería la misma
repetida maldición sobre aquel que matara a un vecino que tenía la desgracia de
tirar de la luna vestido de lobo.
*Dibujo de Erika Kuhn . https://obraerikakuhn.blogspot.com/ NO PIERDAS LA TERNURA* Que no te domestique el odio que no te vuelva su cautivo que nunca pueda domar tu corazón. Míralos como espuman su rabia de tristes perros negros Que no te muerdan sus bocas magras de resentimiento que no te asusten los dientes contra el cristal de la mañana ...
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