"... El espacio: La Frontera Final. Estos son los viajes de la nave espacial Enterprise. Su misión durante los próximos 5 años: encontrar nuevos mundos. Descubrir nuevas vidas y nuevas civilizaciones... Atreverse a ir a donde nadie ha llegado antes."
La maestra de mi hija me da una pista para escribir el ejercicio desde unas ingeniosas actividades del cuaderno de clases.
-¿Hijo del toro? :
- ternero.
-¿tornero? ,
-No sorda, se ofusca Franco, el tornero es un trabajador
¿Cómo se llama la hembra del gallo? Repite la pregunta en voz alta.
Entre risas, mi hijo mayor responde: "gallina".
Año 1972.
En “Para leer al pato donald”, Armand Mattelard y Ariel Dorfman, viajan por un Universo inconsciente del capitalismo que ha suprimido prolijamente a las fuerzas del trabajo, a los trabajadores como parte del mundo donde “ficcionan” los patos de Disney todos ellos primos, tíos y sobrinos -también descubren que los progenitores están ausentes desde siempre y que en este universo "inconsciente" se
suprimen/niegan no sólo las contradicciones sociales sino lo más inmanente al mundo natural que es la reproducción sexual.
Año 2161.
189 años después de publicado "Para leer al pato donald", la tierra será capital de la Federación de planetas. El planeta es un Paraíso donde los humanos vivirán en constante progreso. En el futuro, la Tierra está en una total armonía y las guerras, el hambre, las enfermedades y la pobreza ya no amenazan a la Humanidad y donde las diferencias políticas, raciales o religiosas ya no enfrentan a unos contra otros, y en la que un grupo significativamente multicultural de exploradores espaciales enfrentan problemas y aventuras lejos de la Tierra.. Su sede de gobierno estará en la ciudad de París, Francia y del Comando y la Academia de la Flota Estelar en San Francisco, California. La nave "Enterprise" viaja llevando con sigo el enorme desarrollo como civilización de la humanidad hacia confines del espacio conocido, (casi la cuarta parte de la Vía Láctea ).
Me surge una precaria conclusión: falta imaginar una épica del futuro que no se base en lo inconsciente del capitalismo. Una utopía que no surja de negar la explotación, la guerra, el hambre, la contaminación, la reducción del mundo natural a cárceles de supervivencia -reservas o cuasi museos vivientes-.
Una utopía que busque ser real y para todos los seres vivos.
La maestra de mi hija me da una pista para escribir el ejercicio desde unas ingeniosas actividades del cuaderno de clases.
-¿Hijo del toro? :
- ternero.
-¿tornero? ,
-No sorda, se ofusca Franco, el tornero es un trabajador
¿Cómo se llama la hembra del gallo? Repite la pregunta en voz alta.
Entre risas, mi hijo mayor responde: "gallina".
Año 1972.
En “Para leer al pato donald”, Armand Mattelard y Ariel Dorfman, viajan por un Universo inconsciente del capitalismo que ha suprimido prolijamente a las fuerzas del trabajo, a los trabajadores como parte del mundo donde “ficcionan” los patos de Disney todos ellos primos, tíos y sobrinos -también descubren que los progenitores están ausentes desde siempre y que en este universo "inconsciente" se
suprimen/niegan no sólo las contradicciones sociales sino lo más inmanente al mundo natural que es la reproducción sexual.
Año 2161.
189 años después de publicado "Para leer al pato donald", la tierra será capital de la Federación de planetas. El planeta es un Paraíso donde los humanos vivirán en constante progreso. En el futuro, la Tierra está en una total armonía y las guerras, el hambre, las enfermedades y la pobreza ya no amenazan a la Humanidad y donde las diferencias políticas, raciales o religiosas ya no enfrentan a unos contra otros, y en la que un grupo significativamente multicultural de exploradores espaciales enfrentan problemas y aventuras lejos de la Tierra.. Su sede de gobierno estará en la ciudad de París, Francia y del Comando y la Academia de la Flota Estelar en San Francisco, California. La nave "Enterprise" viaja llevando con sigo el enorme desarrollo como civilización de la humanidad hacia confines del espacio conocido, (casi la cuarta parte de la Vía Láctea ).
Me surge una precaria conclusión: falta imaginar una épica del futuro que no se base en lo inconsciente del capitalismo. Una utopía que no surja de negar la explotación, la guerra, el hambre, la contaminación, la reducción del mundo natural a cárceles de supervivencia -reservas o cuasi museos vivientes-.
Una utopía que busque ser real y para todos los seres vivos.
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