
*FOTO DE MAN RAY.
Me impresionó gravemente el impacto que dicen que tienen los reality.
Tal fue la penetración del tema que irrumpió en mis sueños, aunque en forma de una pesadilla.
No había manera de salir. No había ningún afuera. Y en la desesperación sólo atine a despertarme bañado en sudor. Aun en medio de las palpitaciones, trate de captar alguna imagen antes que se pierdan o lo que es peor que esa angustia desatada en el cuerpo me acompañe en el resto de mis actividades del día.
Lo diré como me sale ahora, cuando el avance de las horas ha dejado su marca: en el sueño descubrí -esa era la única conclusión posible- que todos y cada uno estamos sobreviviendo dentro de reglas de reality.
En un gran casting, luego actuando para otros que decidirán bajo condiciones bastante desconocidas, cuando deberán echarnos de sus vidas. Siempre actuando para pertenecer y excluyendo también a muchos otros. ¿Quien puede elegir verdaderamente? ¿Estarán siempre los dados cargados?
¿Dónde esta la verdadera libertad? Estas preguntas apenas disimulan una angustia masiva que excede seguramente a ese sueño donde los televisores brotaban, se abrían paso dentro de un entorno de naturaleza que en el sueño era casi Jurásico. Todo daba televisores, ni tomates ni peras, todo era la misma cosa aun en pequeñas plantaciones domésticas a las que cada cual regaba democráticamente con sus propias lágrimas.
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